Vladimir Putin mantuvo su frialdad en Lima con Barack Obama
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cumbre de la APEC, el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico. El Kremlin lo rechazó.
Vladimir Putin estuvo distante, con frialdad mantenida. No quiso una despedida cordial a Barack Obama en su última gira presidencial. Frente a República Popular China, Rusia mantuvo su discrepancia.
El nuevo clima entre Washington y Moscú es la gran incógnita que se abre porque Vladimir Putin quere comenzarla borrando logros de Barack Obama y buscando desde el primer momento el giro de Estados Unidos en la guerra civil de Siria.
Vladimir Putin va a plantear el apoyo sin fisuras por parte de Donald Trump a Bachar El Asad y el fin de la ayuda política y militar a sus críticos, las milicias que le combaten sin ninguna conexión con los grupos terroristas de Al Qaeda y Estado Islámico (ISIS). Este pacto político, que va suponer un Yalta en Oriente Medio, será el acuerdo para que Rusia y Estados Unidos actúen de forma conjunta contra la despiadada guerrilla suní radical.
Esta nueva estrategia va a sorprender a Arabia Saudí, dudando entre sus intereses petroleros y el nuevo rol de Estados Unidos en Oriente Medio, que puede ser desconcertante, y actuando en escenarios contradictorios.
En Lima, Rusia y Estados Unidos mostraron el distanciamiento entre sus líderes. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, subrayó este saludo fugaz y con frialdad. "Al comienzo de la sesión, los dos se saludaron e intercambiaron un par de palabras", explicó. Ninguna duda en Lima sobre la ansiedad de Vladimir Putin de estrechar la mano a Donald Trump, la carta que jugó abiertamente en la elección presidencial en Estados Unidos.
- Ver también, Barack Obama quiere evitar un cerco de presión sobre Donald Trump (Hechos de Hoy)
La Casa Blanca no hubiera rechazado un encuentro largo entre Barack Obama y Vladimir Putin en las orillas de la Vladimir Putin estuvo distante, con frialdad mantenida. No quiso una despedida cordial a Barack Obama en su última gira presidencial. Frente a República Popular China, Rusia mantuvo su discrepancia.
El nuevo clima entre Washington y Moscú es la gran incógnita que se abre porque Vladimir Putin quere comenzarla borrando logros de Barack Obama y buscando desde el primer momento el giro de Estados Unidos en la guerra civil de Siria.
Vladimir Putin va a plantear el apoyo sin fisuras por parte de Donald Trump a Bachar El Asad y el fin de la ayuda política y militar a sus críticos, las milicias que le combaten sin ninguna conexión con los grupos terroristas de Al Qaeda y Estado Islámico (ISIS). Este pacto político, que va suponer un Yalta en Oriente Medio, será el acuerdo para que Rusia y Estados Unidos actúen de forma conjunta contra la despiadada guerrilla suní radical.
Esta nueva estrategia va a sorprender a Arabia Saudí, dudando entre sus intereses petroleros y el nuevo rol de Estados Unidos en Oriente Medio, que puede ser desconcertante, y actuando en escenarios contradictorios.
En Lima, Rusia y Estados Unidos mostraron el distanciamiento entre sus líderes. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, subrayó este saludo fugaz y con frialdad. "Al comienzo de la sesión, los dos se saludaron e intercambiaron un par de palabras", explicó. Ninguna duda en Lima sobre la ansiedad de Vladimir Putin de estrechar la mano a Donald Trump, la carta que jugó abiertamente en la elección presidencial en Estados Unidos.
- Ver también, Barack Obama quiere evitar un cerco de presión sobre Donald Trump (Hechos de Hoy)
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