Theresa May, en el momento crítico del éxito o del fracaso
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Llegar a un pacto entre Reino Unido y Unión Europea en la batalla política y económica del Brexit es asunto relevante. Analistas, gurús y bancos de inversión han advertido de los daños para ambos si el divorcio es al final estrepitoso y a grito pelado. No hay ninguna duda. En Madrid, el IBEX 35 superó el 9.100 por los avances sobre el Brexit y el acuerdo comercial entre China y Estados Unidos.
Theresa May, que eL lunes asistía a la cena anual del alcalde en el Guildhall, se mostró especialmente cuidadosa ante lo que calificó como el momento del endgame (juego final).
"Ambas partes queremos llegar a un acuerdo, pero lo que estamos negociando es inmensamente difícil y no quiero simplemente huir del asunto", advirtió a políticos y empresarios. "Las conversaciones sobre el Brexit no son sobre mí o sobre mi fortuna personal, son sobre el interés nacional y eso significa que he de tomar las que yo creo que son las decisiones correctas, y no las más fáciles. No voy a comprometer lo que la gente votó en el referéndum, y este no será un acuerdo a cualquier precio", subrayó la primera ministra en afirmaciones que la honran y muestran su talla y calidad política.
En Bruselas hay calma y nervios de acero. Si hay acuerdo definitivo, se firmará en el marco de un Consejo Europeo este mes de noviembre. En todas las capitales de la Unión Europea hay elogio y agradecimiento al arduo trabajo del negociador de la Unión Europea, Michel Barnier.
El punto crucial ya no es Irlanda sino los Comunes. La primera ministra debe convencer a su propio Parlamento, dividido entre un Brexit duro y un Brexit blando, los que quieren permanecer en el escenario del mercado único.
En principio, se ha llegado a un acuerdo final sobre el Brexit que pone fin a más de dos años de negociaciones y que encuentra una solución al problema de la frontera con Irlanda.
Theresa May convocó a sus ministros para conocer si cuenta con todo su apoyo. Es el primer paso. La libra esterlina lo celebró con un repunte superior al 1% frente al dólar.
Si las impresiones son buenas este miércoles, el próximo paso se centra en la votación en el Parlamento de Westminster. Los tories están divididos. Theresa May deberá superar el escollo del recelo y también la hostilidad. El clima de confianza y optimismo es ahora mayor en Londres y Bruselas. Nadie se quiere resistir a un final feliz. Sería una gran noticia para Europa -el continente y las islas- al acercarse el final de un agitado 2018.
- Jose Vidal, economista y censor jurado de cuentas con pasión por los números y la contabilidad. Pertenece a la Comunidad de blogueros de Hechos de Hoy.
Theresa May, que eL lunes asistía a la cena anual del alcalde en el Guildhall, se mostró especialmente cuidadosa ante lo que calificó como el momento del endgame (juego final).
"Ambas partes queremos llegar a un acuerdo, pero lo que estamos negociando es inmensamente difícil y no quiero simplemente huir del asunto", advirtió a políticos y empresarios. "Las conversaciones sobre el Brexit no son sobre mí o sobre mi fortuna personal, son sobre el interés nacional y eso significa que he de tomar las que yo creo que son las decisiones correctas, y no las más fáciles. No voy a comprometer lo que la gente votó en el referéndum, y este no será un acuerdo a cualquier precio", subrayó la primera ministra en afirmaciones que la honran y muestran su talla y calidad política.
En Bruselas hay calma y nervios de acero. Si hay acuerdo definitivo, se firmará en el marco de un Consejo Europeo este mes de noviembre. En todas las capitales de la Unión Europea hay elogio y agradecimiento al arduo trabajo del negociador de la Unión Europea, Michel Barnier.
El punto crucial ya no es Irlanda sino los Comunes. La primera ministra debe convencer a su propio Parlamento, dividido entre un Brexit duro y un Brexit blando, los que quieren permanecer en el escenario del mercado único.
En principio, se ha llegado a un acuerdo final sobre el Brexit que pone fin a más de dos años de negociaciones y que encuentra una solución al problema de la frontera con Irlanda.
Theresa May convocó a sus ministros para conocer si cuenta con todo su apoyo. Es el primer paso. La libra esterlina lo celebró con un repunte superior al 1% frente al dólar.
Si las impresiones son buenas este miércoles, el próximo paso se centra en la votación en el Parlamento de Westminster. Los tories están divididos. Theresa May deberá superar el escollo del recelo y también la hostilidad. El clima de confianza y optimismo es ahora mayor en Londres y Bruselas. Nadie se quiere resistir a un final feliz. Sería una gran noticia para Europa -el continente y las islas- al acercarse el final de un agitado 2018.
- Jose Vidal, economista y censor jurado de cuentas con pasión por los números y la contabilidad. Pertenece a la Comunidad de blogueros de Hechos de Hoy.
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