Segura, próspera, social e influyente, el consenso para la Unión Europea
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Se vivió una ceremonia intensa de actualización y proyección del consenso europeo en el mismo escenario, la Sala de los Horacios y los Curiacios del Palacio de los Conservadores en la que nació el 25 de marzo de 1957 la Comunidad Económica Europea y la Euratom con la firma de Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo.
Los énfasis en Roma estuvieron a la altura de las circunstancias. El desafío que supone la salida de Reino Unido, las políticas de Donald Trump en las antípodas de las de Barack Obama, y la animosidad de Vladimir Putin avivando escenarios de Guerra Fría. "A nuestros países, tomados uno a uno, la dinámica mundial los condenaría a la marginación; permanecer unidos es nuestra mejor posibilidad de influir en ella y de defender nuestros intereses y valores comunes", la respuesta puntual en Roma.
Reflexión profunda también ante los movimientos populistas euroescépticos y el populismo eurófobo.
"En los diez próximos años queremos una Unión más segura y protegida, próspera, competitiva, sostenible y socialmente responsable, que tenga la voluntad y la capacidad de desempeñar un papel fundamental en el mundo y de modelar la globalización", señaló la declaración de Roma. Apuntó a cuatro grandes objetivos:
1. Una Europa segura y protegida.
2. Una Europa próspera y sostenible.
3. Una Europa social.
4. Una Europa más fuerte en la escena mundial.
¿Una Europa de dos velocidades o de la geometría variable?
"Actuaremos juntos, a distintos ritmos y con distinta intensidad cuando sea necesario, mientras avanzamos en la misma dirección, como hemos hecho en el pasado, de conformidad con los Tratados y manteniendo la puerta abierta a quienes quieran unirse más adelante", subrayó la declaración de Roma.
Cinco discursos en el acto: Paolo Gentiloni, anfitrión y primer ministro de Italia; Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo; Joseph Muscat, primer ministro de Malta y presidente rotatorio de la Unión Europea este semestre; Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo; y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
Una proclamación solemne destacando el valor de la unidad, la riqueza de la diversidad, los progresos en sesenta años, los valores y libertades del proyecto europeo y el riesgo que supone darlos por seguros y permanentes. Humildad y ambición con el homenaje a todos los líderes continentales que han tenido la obsesión siempre de unir y no de dividir.
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