La oposición de Paul Rand, y desplome de Dow Jones, Donald Trump en apuros

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Desde el primer derrumbe en Wall Street, con caída histórica de Dow Jones, Donald Trump reaccionó con apagón en su vitriólica cuenta de Twitter. La primera reacción del presidente megalómano ha sido la de quedar agazapado en la Casa Blanca.



Viernes negro en varias notas.

En el frente político, la oposición de un solo senador llevó a Estados Unidos a otro cierre de la Administración. Cuestión de horas o grave problema. El republicano Rand Paul, de Kentucky, bloqueó por sorpresa la votación para exigir que se aprobara una enmienda con límites al derroche federal. Provocó el segundo cierre en menos de tres semanas.

En el frente económico, el Dow Jones se hundió otro 4% y eleva aún más la presión sobre las Bolsas de Europa y Asia. europeas. Los tres principales indicadores de la Bolsa de Nueva York sufrieron otra jornada de fuertes recortes. El Dow Jones cedió un 4% y registró la segunda mayor caída en puntos de su historia.

La caída de la Bolsa de Nueva York arrastró a las Bolsas de Asia en una nueva jornada de volatilidad bursátil. El Nikkei cerró con descensos del 2,3% y acaba la semana con pérdidas del 8,1%. En Madrid, el IBEX 35 avanzó el viernes 9 en rojo,  -0,48%  y 9.709,8 puntos: con prima de riesgo en 68 y bono a 10 años en 1.44%.

Hay atención al momento. Las caídas comenzadas la semana pasada en Wall Street han dado paso al comienzo de un periodo de corrección, entendido en sentido estricto como una bajada superior al 10% desde máximos.

No es una situación inédita en el ciclo alcista que acumula Wall Street. Desde que comenzara su escalada en marzo del año 2009, la renta variable estadounidense había sufrido otros tres periodos de corrección. Hay que recordar que los analistas de Goldman Sachs habían destacado que el índice S&P 500 encadenaba su periodo más prolongado sin correcciones superiores al 5% desde la crisis de 1929.

Los analistas ob servan la situación con cautela insistiendo en  que es una tormenta y no un huracán. Pero hay riesgos y nervios. Y preocupación por la existencia en la Casa Blanca de un presidente impredecible en momentos que aconsejan mucho tino y moderación en las estrategias políticas y económicas.
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