Luis de Guindos insiste en que Jeroem Dijsselbloem debe arrepentirse

Llueve sobre mojado y las espadas están en alto. Luis de Guindos estuvo a punto de acceder a la presidencia del Eurogrupo. El holandés Jeroem Dijsselbloem tocó todas las teclas para frenar al español. Fue una victoria y una derrota que dejó huella y muescas. 



Jeroem Dijsselbloem es una personalidad arrogante. No comprende lo que es el tacto político y el juego de equilibrios entre Norte y Sur, y Este y Oeste. No es una cuestión de fondo sino estética. Y las palabras, y los desprecios, tienen su peso.

Luis de Guindos volvió a calificar de "desafortunadas" sus declaraciones al FAZ insistiendo en que debería arrepentirse. Lo dijo en Bruselas y lo volvió a subrayar en los pasillos del Congreso de los Diputados.

"Lass declaraciones me parecen desafortunadas desde el punto de vista de la forma y del fondo. Esperaba que se hubiera arrepentido", apuntó el ministro de Economía.

Este asunto no va a cerrarse como cuestión menor. Jeroem Dijsselbloem se equivocó primero en su desprecio al sur. Lo vuelve a hacer al no arrepentirse y reconocer su error. Tras la derrota de su partido en Holanda ha perdido prestigio y reputación. Es una batalla donde se entremezclan muchas cuestiones. Luis de Guindos, con elegancia y a la vez firmeza, está pendiente de lo que es una marejada en toda regla en el Eurogrupo.