El juez federal James Robart paraliza el veto migratorio de Donald Trump
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Estupor en la Casa Blanca. El juez federal James Robart, de Seattle (estado de Washington), paralizó la aplicación del veto migratorio de Donald Trump. Esta sentencia impide aplicar el decreto que bloquea la entrada de refugiados e inmigrantes de siete países musulmanes.
No se podrá cumplir por lo tanto la orden ejecutiva que desde el 27 de enero impide la entrada en Estados Unidos de refugiados e inmigrantes de siete naciones de mayoría musulmana. La sentencia del juez federal James Robart prohíbe a los trabajadores federales de todo Estados Unidos aplicar el decreto de Donald Trump.
In dudablemente supone un varapalo para el presidente y su corte de asesores radicales. También a la estrategia de gobernar a decretazo limpio para barrer en todas las direcciones el legado de Barack Obama. La Casa Blanca está obligada ahora a una estrategia de defensa. Sus acciones relámpago quedaron frenadas en seco.
Donald Trump ha podido comprobar el clima inédito de fractura social y política que ha surgido en Estados Unidos, y las reacciones que se pueden ir produciendo a su estrategia de puñetazos sobre la mesa. A sus fans, es la línea. A sus críticos, muestra lo que advirtió Barack Obama. Llegó a la Casa Blanca un hombre sin mesura ni aptitudes, la altura moral que exige la Presidencia de Estados Unidos.
Atención al apoyo de grandes compañías, sobre todo Amazon, a las acciones judiciales para frenar un veto migratorio que daña a la economía en general, a las empresas, y al sector educativo.
- Ver también, La Unión Europea evita el choque frontal con las formas del trumpismo (Hechos de Hoy)
No se podrá cumplir por lo tanto la orden ejecutiva que desde el 27 de enero impide la entrada en Estados Unidos de refugiados e inmigrantes de siete naciones de mayoría musulmana. La sentencia del juez federal James Robart prohíbe a los trabajadores federales de todo Estados Unidos aplicar el decreto de Donald Trump.
In dudablemente supone un varapalo para el presidente y su corte de asesores radicales. También a la estrategia de gobernar a decretazo limpio para barrer en todas las direcciones el legado de Barack Obama. La Casa Blanca está obligada ahora a una estrategia de defensa. Sus acciones relámpago quedaron frenadas en seco.
Donald Trump ha podido comprobar el clima inédito de fractura social y política que ha surgido en Estados Unidos, y las reacciones que se pueden ir produciendo a su estrategia de puñetazos sobre la mesa. A sus fans, es la línea. A sus críticos, muestra lo que advirtió Barack Obama. Llegó a la Casa Blanca un hombre sin mesura ni aptitudes, la altura moral que exige la Presidencia de Estados Unidos.
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