Donald Trump elogió el Brexit ante Theresa May como "algo maravilloso"
Compartir en:
En la primera cumbre internacional en la Casa Blanca, faltó grandeza y transparencia. El presidente de Estados Unidos ya no es una persona que crea un espacio de intimidad en el Despacho Oval de la Casa Blanca, escuchando y dando sus opiniones de forma reflexiva, con la prensa junto a ellos, en una relación directa.
Donald Trump, con la decoración de cortinajes dorados que ha convertido a la Casa Blanca en una especie de bombón, en criterios estéticos muy discutibles, compareció en el Ala Oeste en clima esta vez comedido. Da la impresión que no se esperaba el plantón de Enrique Peña Nieto. Hay un sentimiento de rabieta del presidente porque se haya puesto en tela de jucio su plan de dar prioridad al muro para aislar a Estados Unidos en su frontera del sur.
Sobre el Brexit, el presidente ha impuesto su análisis de tintas gruesas: "El Brexit será una maravilla para tu país". No hay una reflexión política o económica, sólo emocional, como ante el último estreno de una película.
"Tendréis vuestra propia identidad y tendréis a las personas que queráis en vuestro país, y podréis hacer tratados comerciales sin que tener a nadie que os esté controlando", auguró Donald Trump a Theresa May.
Curiosamente aprovecho este apoyo para denigrar a la Unión Europa calificándola como "el consorcio", asegurando además que respeta "el derecho a la autodeterminación" del Reino Unido.
Theresa May viajó a Washington buscando un tratado comercial bilateral para el momento de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Pero no se la vio excesivamente cómoda. Defendió a la OTAN como modelo, instó a mantener las sanciones a Rusia por su injerencia en Ucrania, y rechazó de plano la tortura. En nada coincidió Donald Trump con ella.
Fue una conferencia de prensa breve, de 17 minutos, en la que el presidente recibió su primera ducha escocesa sobre la internacional trumpiana que desean sus consejeros más radicales. Theresa May -a quien la Casa Blanca confundió inicialmente con una estrella porno- mostró distancias y frialdad. Sólo extendió, como un cheque, la invitación de Isabel II para una visita oficial de Donald Trump y la primera dama, Melania. El sueño de Trump al menos cumplido en una semana de caos en la Casa Blanca.
- Ver también, Incógnita de los platos rotos entre Donald Trump y Enrique Peña Nieto (Hechos de Hoy)
Compartir en: