Baño de sangre en Gaza ante el desafío de Ivanka Trump y Jared Kushner en Jerusalén
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Un error pautado pero que se suma al peor marco de crisis en Oriente Medio con el primer choque directo de Israel e Irán en Siria; y la ruptura de Estados Unidos del acuerdo Plan de Acción Integral Conjunto (Joint Comprehensive Plan of Action, JCPOA).
Em los territorios de Gaza, la Franja de Gaza y su mayor centro urbano, Ciudad de Gaza, desde el 30 de marzo se vive una protesta continuada a la forma en que Israel y Estados Unidos enterraron el sueño de dos Estados y una ciudad internacional abierta. Jerusalén no es la capital de Israel. No lo puede ser. Y no lo será nunca. Porque pertenece a los peregrinos de las tres principales religiones monoteistas: ciudad tres veces santa para cristianos, judíos y musulmanes.
Más que nunca el estatus de Jerusalén se ha convertido en uno de los asuntos claves del conflicto palestino-israelí.
La alianza de Benjamín Netanyahu y Donald Trump para el trasñado de la Embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén ha credo un momento emocional dramático en Gaza y en Cisjordania.
Desde el 30 de marzo se vive una intensa protesta en Gaza contra Israel. Este lunes 14, la protesta se convirtió en nuevo y más intenso y dramático baño de sangre. Al menos 41 muertos y centenares de heridos de bala en el límite de Franja de Gaza con Israel por disparos de los soldados.
A la Gran Marcha del Retorno se ha sumado el Día de la Nakba (Día del Desastre) con el recuerdo palestino a lo que son siete décadas de exilio y de pérdida de territorios. Por parte de Israel la movilización militar ha alcanzado cotas no conocidas con unidades de combate, fuerzas especiales, servicios de inteligencia y compañías de francotiradores.
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