Fernández Ordóñez dice que no conocia las alertas sobre Bankia
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Justo antes había declarado también Javier Aríztegui, exsubgobernador del Banco de España cuando se produjo la salida a Bolsa de la entidad.
Esta es la primera vez que Fernández Ordóñez, que estuvo al frente del organismo entre junio de 2006 y junio de 2012, declara como investigado en esta causa, aunque ya lo hizo como testigo hace cuatro años, en febrero de 2013.
Fuentes jurídicas explicaron que ambos exdirigentes del órgano regulador coincidieron en asegurar que todo el seguimiento y control del proceso fue correcto y que la salida a Bolsa de Bankia acabó siendo fallida por la "repentina crisis", la situación de recesión, la crisis de la deuda soberana y el "pinchazo" de la burbuja inmobiliaria.
El juez central de instrucción número cuatro de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, ha tomado declaración a lo largo de esta semana a una docena de exdirectivos del Banco de España y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Entre ellos declaró en calidad de testigo José Casaus, el inspector que desaconsejó la oferta pública de venta por las dudas sobre la viabilidad de la entidad.
El juez les ha citado a instancias de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que consideró que "existían indicios múltiples bastantes" de la comisión de un delito, aceptando parcialmente el recurso interpuesto por la acusación popular de la Confederación Intersindical de Crédito (CIC), que reiteradamente había solicitado dichas comparecencias, que el juez Fernando Andreu rechazó hasta en tres ocasiones.
Según fuentes jurídicas, en su declaración, Fernández Ordóñez insistió en que "todo estaba perfecto" para que la entidad abordara el proceso de salida a Bolsa y dijo no tener conocimiento alguno de que existieran correos internos en el departamento de Inspección del Banco de España en los que se manifestaran reticencias sobre la operación.
Tras insistir en que nunca le llegaron esas comunicaciones, el exgobernador del Banco de España defendió que sus subordinados "hicieron bien" en no remitirle esas comunicaciones, porque "yo no tenía por qué conocerlas" y además "estaban equivocadas, eran erróneas". Reiteró que nadie le alertó de la "inviabilidad" de la operación.
Fernández Ordóñez se presentó ante el juez como un heredero de los problemas regulatorios que arrastraba el sistema financiero español. Insistió en que todo lo hecho relación a Bankia fue correcto y reconoció que su principal "preocupación" en esa operación era que el banco consiguiera los 3.000 millones de euros que suponía su salida al mercado de valores.
A preguntas de las partes, negó tajante haber hecho ningún tipo de gestión para incentivar la compra de acciones de Bankia y se mostró completamente "seguro" de que "nadie" desde ninguna otra instancia había hecho nada para favorecer al banco.
También declaró el inspector que alertó de los riesgos de la salida Bolsa del banco, José Casaus, que fue contundente en sus afirmaciones y se ratificó en lo dicho en una anterior declaración ante el juez en septiembre pasado. Insistió en que los informes que envió por correo electrónico no fueron improvisados, sino "muy meditados y consensuados" con el resto de los miembros de su equipo.
Casaus explicó ante el juez que los informes en los que alertaba de los riesgos de la operación y de la precaria situación de Bankia no recibieron respuesta en contra nunca y sentenció que nadie discutía su diagnóstico de que "el banco estaba muerto".
El inspector relató también una anécdota con compañeros del Banco de España que en algún momento le advirtieron de que dejara de hablar de BFA como el "banco malo" porque era poco adecuado, a lo que Casaus respondió que en realidad "Bankia es el banco malo y BFA el banco muy malo".
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