Catar pagó un rescate de mil millones de dólares y enfureció a Arabia Saudí
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Safari con final dramático
El diario del grupo Nikkei, el Legacy Media Financial Times (FT) situó el comienzo de la actual crisis en el pago de rescates a una filial de Al Qaeda y a Irán para liberar a miembros de la familia real catarí.
Catar pagó mil millones de dólares (junto a otras operaciones) para liberar a miembros de la familia real que fueron secuestrados durante una partida de caza en Irak. El secuestro se produjo el 14 de diciembre de 2015. Con decenas de vehículos todoterreno se atacó en plena noche el campamento de un safari en el sur de Irak.
Miembros de la familia real de Catar fueron secuestrados en aquella partida. Los atacantes descubrieron después la importancia de sus rehenes. Los ciudadanos de los países del golfo Pérsico son muy aficionados a viajar a países próximos, como Irak, Pakistán o Afganistán para cazar con halcones, que es la tradición muy extendida en la península Arábiga. Con estos viajes, escapan a las restricciones impuestas en sus propios países sobre las piezas de caza silvestre y las especies protegidas.
En las regiones mayoritariamente chíes del sur de Irak existe una cierta hostilidad hacia los países esencialmente suníes del Golfo debido sobre todo a sus posiciones en torno a la guerra de Siria. En el sur de Irak, entre las milicias que siguen fieles a los principios de Al Qaeda se encuentra el grupo que se hace llamar Furaq al-Mowt (Escuadrones de la muerte).
Catar, tras largas negociaciones, pagó a la vez la liberación de 26 miembros de la partida de caza que se encontraban en el sur de Irak, así como de 50 activistas capturados por los yihadistas en Siria. Catar pagó a dos de las fuerzas que se encuentran en la lista negra de Oriente Medio: una filial de Al Qaeda, así como oficiales de seguridad iraníes.
Los pagos que se efectuaron en el mes de abril han hecho saltar por los aires el marco de colaboración institucional en el Consejo de Cooperación del Golfo. Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin decidieron romper relaciones diplomáticas con Catar denunciando que contribuyen a financiar el extremismo y el terrorismo.
Según Financial Times, Catar habría pagado 700 millones de dólares a personas directamente relacionadas con el régimen iraní, así como a milicias chíies, apoyadas por los iraníes en la región. A esa cantidad, habría que añadir otros 300 millones de dólares que habrían ido a parar a manos de grupos islamistas radicales en Siria, principalmente a Tahrir al-Sham, un grupo yihadista que mantiene un importante vínculo con Al Qaeda.
Para los países del Golfo, Catar ha pagado a su máximo rival de la región, Irán, que se encuentra a la vez inmerso en un conflicto con los países árabes por el control del petróleo. Desde el primer momento, Kuwait se ha ofrecido a mediar.
El emir de Kuwait, jeque Sabah Ahmed al Sabah, le pidió a su homólogo catarí, Tamim bin Hamad al Zani, que "ejercite el autocontrol" y "se abstenga" de dar pasos que puedan empeorar la situación, según un comunicado de la agencia oficial kuwaití, Kuna.
Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Baréin anunciaron la ruptura de relaciones diplomáticas con Catar y ordenaron el cierre de las fronteras terrestres y del espacio aéreo y marítimo a los medios de transporte de ese país. Además de esos cuatro países, también han roto las relaciones con Catar, Maldivas y los ejecutivos que apoya Arabia Saudí en los conflictos del Yemen y Libia.
La irrupción de Trump
Donald Trump, en lugar de impulsar un rol mediador de Estados Unidos en un área geopolítica delicada, se ha alineado totalmente con Arabia Saudí poniendo en duda incluso la mediación de Kuwait.
En Twitter, se precipitó con tuits incendiarios:
Donald J. Trump ✔@realDonaldTrump: "During my recent trip to the Middle East I stated that there can no longer be funding of Radical Ideology. Leaders pointed to Qatar - look!"
Donald J. Trump ✔@realDonaldTrump: "So good to see the Saudi Arabia visit with the King and 50 countries already paying off. They said they would take a hard line on funding..."
Donald Trump ha chocado, e ignorado, la prudencia de su secretario de Estado, Rex Tillerson, y el portavoz del Pentágono, Jeff Davis. La capital de Catar, Doha, alberga una base militar estadounidense, donde está desplegado el mayor contingente de soldados estadounidenses en la península arábiga. Desde esta base han salido los aviones de combate que han bombardeado posiciones de ISIS, Estado Islámico, tanto en Irak como en Siria.
Muy seguramente Arabia Saudí no habría lanzado este órdago total contra Catar si no sintiera el pleno apoyo de la Casa Blanca. Arabia Saudí no comparte la portura abierta de Catar hacia Irán, el importante yacimiento de gas compartido, y el poder de la cadena de televisión Al Yazira. Es una peligrosa crisis económica y política.
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